Advocaat continúa con aquel sistema utilizado por Hiddink que tanto éxito tuvo en la última Eurocopa. Un 4-3-3 en el que los tres delanteros tienen mucha movilidad, algo que ayer quedó patente en el partido ante la República Checa. Dzagoev puso la magia, Arshavin el toque y Kerzhakov el desgaste. El delantero del Zenit luchó con los defensas checos hasta la saciedad y los dejó agotados. Alexander sabía cual era su trabajo, y cumplió. Corrió, se ofreció, recibió, chutó...y falló. El único pero del 11 ruso fue ese, su poco acierto de cara a gol. Su partido fue de nueve, bajando incluso al centro del campo para ayudar a los Shirokov, Zyryanov y Denisov. Por ello, Advocaat se lo recompensó dándole descanso en el 73'. Pero su descanso también pudo sembrar la duda.
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